Abi
2009-04-07 13:27:12 UTC
Se creen mujeres, están desesperadas por crecer y aparentar más edad.
Pero son nenas. Chiquitas. Indefensas.
Se juntan con su grupo de amigas, van a tomar una cerveza y seducen al tipo del bar para que las deje tomar igual, porque se nota, se ve, son nenas chiquitas. Pero está de moda.
Poder tomar cerveza a cualquier hora aunque sea ilegal porque sedujiste al barman, tiene su encanto.
Tomar cerveza en un bar a los doce, trece, catorce, quince, fumar el eventual cigarrillo mal fumado, tiene su magia. Hasta parecen mujeres.
Pero son nenas.
En los recreos siempre todas juntas al baño, a hablar de sexo y porros y despertar admiración por las chicas verdaderamente inocentes. Les encanta. Hasta parecen mujeres.
“Los hombres no sirven para nada” te dicen. “Yo soy independiente”
“No necesito hombres”
Lo dicen en serio.
Les gusta decir eso, les gusta parecer más grandes.
No necesitan a los hombres. Sin embargo viene uno y le ofrece plata o unos tragos -depende el escenario- a cambio de sexo oral.
Mira a las amigas. Las amigas se ríen y le dicen “andá ******, es sólo sexo”
Ella va. Pero no necesita a los hombres.
Ella, la nena indefensa, la nena chiquita y con miedo, confundida, va, a un baño sucio con un hombre desconocido que no sabe ni su nombre. Claro. Eso, a sus ojos, es de mujer grande.
“No le cuentes a mi vieja (MAMÁ), ******”
No. Claro. En casa son las nenas indefensas que realmente son. No aparentan. Después, apenas se calzan los jeans, apenas salen a las calles, son otras. Son mujeres ahí.
“Soy cero estructurada” dicen, porque la distinción es la maratón, el no-control, el despojamiento de todo orden conocido. Maratón de tragos tomados, maratón de hombres besados (y algo más quizá).
Son lo que todas las otras chicas de su edad quieren ser, y a la vez, lo que aborrecen.
Y mientras tanto, ellas van seguras, diciendo sus frases de mujer grande, tomando sus cervezas de mujer grande, vistiéndose, hablando, pensando, actuando, aparentando.
Se sacan fotos besándose entre sí, porque saben que dos minas besándose excita, saben que excitar es de mujer grande.
Pretenden irradiar sexualidad y sensualidad.
Despiertan sensualidad entre sus pares, pero a ojos más maduros, lo que se ve es otra cosa.
Se ve una nena, chiquita, indefensa, con miedo, tratando de ser grande, se ve claramente la confusión, se ve el deseo desesperado y exasperado de convertirse en algo que no es. Se ve la ingenuidad reprimida, una infancia encarcelada que pugna por salir al exterior de ese disfraz de mujer.
Se ve una nena tratando de seducir, tratando de erotizar, tratando de excitar. Se ve a una nena.
--- Ya sé que hay cosas que literalmente no se pueden traducir así que cambien lo que sea necesario, sin cambiarle el sentido de ser posible.
Muchas gracias!!